Perfeccionismo en estudiantes

“Todo debo hacerlo perfecto”

Cuando se hace referencia al perfeccionismo, se alude a un conjunto de estándares extremadamente elevados de desempeño acompañados de autoevaluaciones sumamente críticas y una creciente preocupación por cometer errores.

 Para el estudiante perfeccionista, el fantasma de tener que llevar adelante una performance perfecta, lo persigue desde el momento en que se sienta a estudiar.

Juan es un estudiante de ingeniería que se encuentra cursando materia de segundo año. Desde que se sienta a estudiar, Juan se encuentra todo el tiempo automonitoreando su desempeño y evaluándolo en términos de todo o nada.

Si un ejercicio de física no sale en el primer intento, piensa: “Este tipo de ejercicios son imposibles para mi”. Si no comprende un párrafo en la primera lectura, cree que nunca entenderá ese texto.

Todo representa para él un fracaso en términos absolutos.

 

Cabe señalar que no son los estándares elevados los que hacen de una persona un perfeccionista ni su desempeño real sino la observación de la distancia entre ambos. Es decir, perciben una alta discrepancia entre su desempeño real y aquel al cual deberían llegar.

Perfeccionismo adaptativo versus perfeccionismo desadaptativo

No todos los perfeccionistas son iguales. Algunos tipos de perfeccionismo se consideran  adaptativos.

El perfeccionismo adaptativo implicaría la existencia de estándares de ejecución elevados, donde, no obstante, la persona comprende que su rendimiento o eficacia puede variar en función de las circunstancias.

Por el contrario, el perfeccionista desadaptativo sufre, se preocupa y suele deprimirse y estar insatisfecho con él mismo y su desempeño.

Volvamos al caso Juan para compararlo con Paula que estudia en la misma universidad y cursa las mismas materias.

Juan

Paula

 

Paula y Juan quieren sacar una buena nota en Análisis Matemático I.

 

Él estudia muchas horas. Piensa que si no saca una buena nota estropeará su libreta universitaria. De ninguna manera puede permitirse un aplazo

 

Ella estudia muchas horas. Sabe que no es fácil por lo que ya se prepara para no estresarse demasiado o deprimirse si el resultado no es el esperado, incluso si aplaza.

 

Paula y Juan buscan mejorar su habilidad para resolver problemas de física

 

Él, a veces, no logra lo que pretende al ritmo deseado. En esas ocasiones, se dice a sí mismo cosas terribles. Se critica duramente. “No sirvo para esta carrera”

 

Ella, a veces, no logra lo que pretende al ritmo deseado. En esas ocasiones, se dice a sí misma: “Estoy haciendo mi mejor esfuerzo. Ya veré los resultados

 

Paula y Juan reciben un aplazo en química….

 

Juan lo recibe con enojo y vergüenza. Se siente derrotado, desolado. ¡Cuántos errores que cometió! Eso no se lo puede permitir. Es tal su nivel de frustración que piensa “Nunca voy a aprobar esta materia.”

 

Paula lo recibe con pesar. Sin embargo, se interesa por saber en qué se equivocó para poder ejercitarse en aquello que le falta dominar. Una vez que entiende donde están sus errores, se motiva a seguir practicando más en ese tipo de ejercicios.

 

Paula y Juan están teniendo problemas para resolver cierto tipo de ecuaciones

 

Juan siente mucha vergüenza. ¿Por qué él no puede resolverlas? Da vueltas y vueltas. No puede dejar de pensar lo incapaz que es para las matemáticas. Se siente ineficaz. Piensa que no tiene ninguna herramienta para salir de esta situación.

 

Paula piensa en opciones para enfrentar el problema. Puede ver más ejercicios, buscar videos que expliquen el tema, consultar a una compañera, contratar un profesor particular. Está segura de que de alguna manera va a dominar estas ecuaciones

 

En definitiva, el perfeccionismo adaptativo permite focalizar el esfuerzo en la meta, aceptando los errores como algo natural y como una oportunidad para aprender y mejorar. Las personas que hacen un uso sano de esta característica, suelen confiar en sí mismos y no temen los retos.

Así, el perfeccionismo disfuncional puede generar una actitud demasiado crítica, desconfianza en las propias capacidades y derivar en la evitación de nuestras obligaciones. Todos estos comportamientos además se han relacionado con el desarrollo de diferentes trastornos psicológicos como la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, los trastornos de la conducta alimentaria y de ansiedad.

Autoestima baja, autocrítica alta

En los estudiantes perfeccionistas desadaptativos está vulnerada la autoestima.  “No participo en clase porque nunca se me ocurren cosas interesantes para aportar

Cuanto mayor es la distancia entre el si mismo ideal (logro de altos estándares) y el si mismo real, menor la autoestima aún cuando el alumno sea percibido positivamente por otros (los profesores, los compañeros)

Si no alcanzan sus metas desarrollan rumiaciones a modo de pensamientos automáticos y persistentes acerca de lo que deberían ser que aumenta la distancia entre el sí mismo ideal y real. “Debería ser más rápido al responder” “Esto no me puede llevar tanto tiempo”

La percepción de una brecha entre el logro perseguido y el desempeño real constituye una experiencia negativa que se interpreta como un indicador de la propia falta de valor personal. “Con estas notas, nunca seré un buen profesional

Cada vez que comete un error, una espiral de autocrítica se dispara. “Debería haber estudiado más tiempo”.  Cada vez que no llega al máximo esperado, aparece el “autofustigamiento”. El látigo y la crítica se creen que son necesarios para volver a la senda de la “perfección”.

Por más que se esfuercen, los estándares elevados nunca llegan a percibirse como consumados dado que una autocrítica excesiva los coloca en un lugar inferior al que aspiraban (circuito autodesvalorizador)  “Aprobé pero con una nota mediocre. No sirvo para ser ingeniero

Dar lo máximo no es suficiente cuando se trata de ser perfecto. Esta posición genera gran malestar subjetivo debido a que nunca se alcanza la satisfacción y siempre se busca exigirse más.

Padecen de una aceptación condicional de si mismo en función de los logros alcanzados. Todo lo que realicen tiene que ser excelente. Eso los lleva a desmerecer su actuación “Me saqué un nueve porque tuve suerte

La ruptura entre lo que soy y lo que aspiro a ser puede transformase en una herida traumática. Cuando el desempeño logrado como estudiante está lejos del sueño que uno proyecta acerca de si mismo, esa imagen degradada que nos representa crea un sentimiento de vergüenza ante nuestros propios ojos, aunque el otro no lo vea así.

 

¿Cómo trabajar con nuestro perfeccionismo?

La terapia cognitiva conductual puede traer alivio a aquellos estudiantes perfeccionistas que resultan ser desadaptativos por su elevado nivel de autoexigencia.

Puede ayudarlos a:

  • Entender qué es el perfeccionismo y sus consecuencias negativas a nivel académico
  • Reconocer su propio perfeccionismo
  • Aprender a establecer metas razonables
  • Darse permiso para cometer errores de manera de convertirlos en ingrediente esencial del proceso de aprendizaje.
  • Entrenarse en nuevas formas de tratarse amablemente cuando se exigen demasiado.

 

El poder aceptar nuestra condición imperfecta nos tranquilizará y nos ayudará a ser comprensivos con nosotros mismos.

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