La función de la ansiedad y sus desafíos

¿Qué es la ansiedad y para qué la necesitamos?

           Los seres humanos tenemos la capacidad (y la suerte) de sentir diversas emociones. Pueden aparecer varias a la vez, e ir alternando entre sí, o que alguna surja con más preponderancia que las otras. En este caso nos enfocaremos en la ansiedad, una emoción adaptativa que todos hemos experimentado en algún momento.

            La ansiedad nos ayuda a prepararnos para eventos futuros que nos resultan amenazantes o peligrosos, ya sean reales o imaginarios. En general, viene acompañada de síntomas físicos como la taquicardia, palpitaciones y sudoración, entre otros. Lo que sucede es que nuestro cerebro toma información del pasado, como los recuerdos, y la integra con la información del presente de manera que pueda anticipar posibles desenlaces futuros. Entonces, cuando alguna situación actual es similar a algún recuerdo o experiencia pasada, fácilmente se activarán las mismas sensaciones y emociones asociadas a aquel evento.

 Entonces, ¿qué hacemos con la ansiedad?

       El punto más importante para trabajar nuestra ansiedad es entender que es una emoción normal que todos sentimos en diversas situaciones y que tiene una función específica, lo que la caracteriza como adaptativa. La ansiedad nos prepara ante situaciones que identificamos como peligrosas con el fin de asegurar nuestra supervivencia.

           La ansiedad se vuelve problemática cuando se torna muy intensa, cuando es desproporcional a las situaciones que la generan, cuando se tarda mucho en volver a la calma, y/o cuando impacta en las distintas áreas de nuestra vida. Hay muchas técnicas efectivas para trabajar la ansiedad, dependiendo del tipo de ansiedad que experimentemos, pero sin dudas la terapia cognitivo conductual es una de las mejores formas de lograr resultados a largo plazo.

La ansiedad en sí misma no es mala: puede molestarnos y resultarnos desagradable, pero la mayoría de las veces nos ayuda a afrontar situaciones de nuestra vida diaria. Todos convivimos con la ansiedad en mayor o menor medida. Es importante comprender que no podemos eliminar la ansiedad completamente de nuestras vidas, justamente porque cumple una función específica que nos ayuda a superar situaciones desafiantes. Lo que sin dudas podemos hacer es trabajarla, comprender cómo se manifiesta en nosotros, sumar herramientas para poder disminuir la frecuencia con la que aparece e incluso aprender a continuar con nuestra vida a pesar de sentir ansiedad.

 

 

            

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